Exostosis del CAE

En la consulta uno de nuestros puntos fuertes es la exploración del CAE. He visto conductos auditivos de todas formas, colores y tamaños. Tímpanos esclerosados, con calcificaciones, algo enrojecidos por el mal uso de bastoncillos a los que les miro con cara de «ya le dije que no usase bastoncillos, pero le he pillado!»…Oídos que pican, que duelen, que sienten como tener agua en su interior,…unos que pitan, otros que no oyen…de todo!

A propósito de un caso, he estado mirando la diferencia entre exostosis y osteomas del CAE, que a simple vista a veces no es tan sencillo:

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Un artículo donde os explica  la diferencia:

Las estenosis óseas del CAE constituyen entidades poco frecuentes y que en excepcionales ocasiones han sido motivo de mención en la bibliografía radiológica (3). A pesar de que con frecuencia se las ha relacionado, las exostosis y los osteomas constituyen entidades diferentes desde el punto de vista clínico, histológico y radiológico. La severidad de la estenosis ocasionada condiciona la presencia de sintomatología. No obstante, en muchos casos son asintomáticas y su descubrimiento puede constituir un hallazgo casual tanto para el clínico como para el radiólogo (1).

Las exostosis son áreas de hiperostosis difusa o local que se originan en la profundidad de ambos CAE, fundamentalmente en sus vertientes anterior y posterior. Su progresivo crecimiento puede llegar a condicionar una luz vertical de reducido calibre. Con menor frecuencia pueden nacer del techo del conducto, lo que junto a las tumoraciones anterior y posterior ocasiona una estenosis de morfología triangular al examen otoscópico (4). En la mayoría de los casos no ocasionan síntomas y constituyen un hallazgo otoscópico casual. Cuando crecen de forma significativa impiden la eliminación normal del cerumen y de la queratina descamada, condicionando la aparición de otitis externas y sordera de conducción secundaria al cerumen impactado (5).

El factor etiológico determinante y más claramente relacionado con las exostosis es la exposición prolongada y repetida del CAE al agua fría, condicionando una irritación del periostio (1, 3). En una serie de 70 casos de exostosis sintomáticas (6), el 80% tenía antecedentes de exposición crónica al agua fría (43% en tabla de agua –«surf»–, 41% natación y 16% buceo). Umeda (7) estudió a 51 deportistas profesionales de la tabla de agua, detectando estenosis severa en el 80% de ellos. Su progresivo crecimiento está condicionado por la persistente exposición al agua fría.

Los osteomas son tumoraciones solitarias y pedunculadas en relación con las líneas de sutura timpanoescamosa y timpanomastoidea, localizándose en una situación más lateral que las exostosis (1, 4, 8). Pueden presentarse de diversas maneras, desde una masa de partes blandas con mínimo grado de osificación a una lesión exclusivamente formada por hueso lamelar. Tienden a crecer progresivamente, haciéndose sintomáticos cuando estenosan el canal.

Las exostosis son más frecuentes y ocurren predominantemente en hombres jóvenes (20:1). Los osteomas predominan en varones, aunque en una proporción menor (3:1), pudiendo presentarse a cualquier edad (1).

La histología de ambas lesiones es igualmente distinta (2). Tanto las exostosis como los osteomas están recubiertos por epitelio escamoso y periostio. Las exostosis están formadas por la aposición de capas concéntricas de hueso subperióstico abundante en osteocitos y desprovisto de canales fibrovasculares (9). La estructura interna de los osteomas la forman abundantes canales fibrovasculares rodeados por hueso lamelar.

La TC permite una exacta definición de ambas lesiones. El crecimiento anterior y posterior de las exostosis condiciona que el plano axial sea el mejor para su demostración. La aposición ósea condiciona una luz estenótica en el plano vertical. Los os-teomas pueden tener diversas presentaciones con diferentes grados de osificación (1). Pensamos que el plano coronal es el más adecuado para la visualización de los osteomas que se originan en la sutura timpanoescamosa debido a la localización de esta sutura en el techo del CAE. La dependencia ósea de los osteomas que surgen de la sutura timpanomastoidea hace que el plano axial sea el más indicado para su estudio dada la localización posterior de la misma.

Las exostosis requieren en su mayoría un tratamiento conservador, interrumpiendo si es posible la exposición repetida al agua fría, ya que de esta forma dejan de crecer (5). La instilación de aceite permite el reblandecimiento de los detritus y su eliminación a través de la lesión. El tratamiento quirúrgico está indicado exclusivamente en lesiones muy sintomáticas y que no responden al tratamiento conservador (4). Estas condiciones se dan sólo cuando la estenosis es superior al 80% de la luz del CAE. La proximidad de la porción descendente del nervio facial (mastoidea) a la exostosis posterior condiciona la posibilidad de su lesión durante el acto quirúrgico. La realización de una TC preoperatoria permite conocer la situación del canal del facial en relación con la exostosis. La proximidad de la exostosis a la membrana timpánica condiciona la frecuencia de su lesión durante la extirpación quirúrgica (9). En una serie de 127 procedimientos (4) la perforación de la membrana timpánica fue la complicación más frecuente, describiendo un prolapso de la articulación temporomandibular y una sordera neurosensorial.

La extirpación de los osteomas está indicada en casi todos los casos, ya que tienden a crecer progresivamente (4). La cirugía es sencilla, eliminándolos por vía transmeatal, empleando únicamente anestesia local. Si el osteoma es muy grande, el procedimiento quirúrgico es más complejo, siendo necesario un acceso postauricular. Las recurrencias de las exostosis están relacionadas con la persistente exposición al agua fría. No se han descrito recurrencias después de la extirpación de los osteomas.

En resumen, las exostosis y los osteomas constituyen entidades muy diferentes y que no suelen constituir un problema diagnóstico para el clínico. Si condicionan una ocusión muy severa que impide la visualización de la membrana timpánica, la TC ofrece una valoración precisa del estado del oído medio. La TC es útil para delimitar el trayecto del nervio facial y planear el acto quirúrgico en aquellas exostosis que requieran cirugía. Asimismo, la alta frecuencia de las exostosis en zonas costeras hace necesario que el radiólogo conozca esta patología, que puede ser encontrada como un hallazgo casual durante la realización de una TC de cráneo.

Revista RADIOLOGÍA , de elsevier , vol 41, nº3 (Abril 1999)

He aquí una página súper interesante para la otoscopia básica con muchas fotos y descripciones sencillas:

http://escuela.med.puc.cl/publ/Otoscopia/IndiceOtoscopia.html